Daniel Santiago Acevedo Sánchez

Legal Project Manager en Gómez-Pinzón Zuleta.

Co-founder Legal Hackers Capítulo Colombia.

@danielacevedos@danielsantiagoacevedo

07 de julio del 2017

 

En días pasados, escribí sobre el concepto de smart contracts y cómo esta herramienta (si así lo podríamos denominar) tiene el potencial de cambiar las relaciones jurídicas entre dos o más partes que buscan la celebración de un negocio. Además del artículo mencionado, también expuse en la pasada celebración del Día del Abogado Legis (aquí, la grabación de todo el evento), algunos ejemplos relacionados con esta tecnología y cómo se ha dado su aplicación en el mundo.

 

En esta oportunidad me dedicaré a explorar con mayor detalle la tecnología que está detrás de los smart contracts y cómo nos podemos beneficiar de ella en provecho de una regulación más ágil, transparente y efectiva. Me estoy refiriendo a la tecnología conocida como blockchain y que en los últimos años ha sido portada de todos los diarios de negocios y tecnología por su capacidad disruptiva en muchas facetas de la sociedad.

 

¿Qué es blockchain y cómo entenderlo?

 

Aunque expliqué qué era blockchain en el pasado artículo, daré otro punto de vista para ayudarnos a comprender con mayor claridad este concepto; Caitlin Moon, escritora en Law Technology Today, nos ayuda a comprender este término de la siguiente manera:

 

Blockchain es una gran base de datos distribuida que se compone de bloques y registros que se encuentran encriptados por un código alfanumérico de aproximadamente 30 caracteres, lo cual hace muy difícil copiarlo. Adicionalmente, el código que tiene cada bloque hace referencia a un bloque precedente de donde se ha originado cierta información o que, simplemente, están conectados. Pensemos en un libro en donde cada página tiene un número que la identifica. A su vez, el número que tiene cada página hace referencia al número de la página inmediatamente anterior y así sucesivamente.

 

Adicionalmente, cada fila que se escribe en cada página tiene una contraseña que también consta de 30 caracteres.

 

A esto, debemos sumar que el libro no se encuentra físicamente en un solo lugar, sino que existen múltiples copias del libro que son custodiadas por miles de personas. En este orden de ideas, si alguien quiere añadir una página nueva al libro, y toda vez que el código de esta página debe ser idéntico en todas las copias, el escritor de la nueva página deberá notificar a todos los custodios del libro para que en su copia incluyan la nueva página que el escritor pretende crear y replique la información que el escritor está ingresando al sistema.

 

Aunque suene enredado su funcionamiento, lo más importante de este concepto y parafraseando al profesor Marlon Dumas, con el que recientemente tuve la oportunidad de hablar, “lo más radical que brinda blockchain es la generación una sola fuente de verdad para todas las personas que están conectadas”. Esto sucede porque todos tienen el mismo libro con la misma información, así las cosas, es virtualmente imposible que alguien tenga en su copia del libro información que yo mismo no posea en mi copia de la base de datos.

 

Para resumir, los principios fundamentales de blockchain, según Marco Iansiti, tal como lo menciona en uno de sus artículos en Harvard Business Review, son:

 

1. Base de datos distribuida. Cada persona en la red tiene acceso a toda la información de la base de datos y a la historia de todas las transacciones. No hay una persona que controle el acceso a toda la información.

 

2. Transmisión de información directamente entre agentes. La comunicación y transmisión de datos ocurre directamente entre cada una de las personas en la red. No existen intermediarios.

 

3. Transparencia con anonimato. Cada transacción que ha ocurrido en la red es pública y visible para todos los participantes, pero está encriptada de tal forma que no se pueda conocer la información que hay adentro.

 

4. Imposibilidad de alterar los datos. Una vez se ha realizado una transacción o transmisión de información, esta no puede ser borrada ni alterada.

 

5. Lógica computacional. La red sigue las reglas básicas de la lógica de programación y, por lo tanto, se pueden desarrollar aplicaciones o software que permita su uso.

 

¿Es blockchain un lugar seguro para hacer transacciones?

 

Esto es una pregunta que escucho con cierta regularidad y la mejor respuesta que he encontrado a la fecha es la siguiente: la red de bloques (la blockchain) es imposible de hackear, toda vez que se encuentra replicada en miles de nodos de forma simultánea. En este orden de ideas, si pretendo hackear la red para acceder a los datos de algún nodo o si pretendo alterar la información que tiene uno de los bloques se debe: (i) alterar toda la red, es decir, alterar todos los computadores de forma simultánea y (ii) alterar toda la historia de la red, porque recordemos que cada nuevo bloque hace referencia al código del bloque anterior y así sucesivamente.

 

Si bien es cierto ningún sistema es invulnerable al ciento por ciento y, en efecto, algunas personas concuerdan en se puede mejorar el lenguaje de programación que es usado para la creación de algunas aplicaciones que funcionan sobre blockchain, lo cierto es que la red en sí misma, conceptualmente, es mucho más segura que un sistema tradicional que está custodiado por un solo agente (un banco, por ejemplo, o una gran superficie que tiene la información de miles de consumidores).

 

¿Cómo podemos aplicar blockchain en beneficio del Derecho?

 

En la próxima entrega abordaremos, entonces, las aplicaciones específicas que ha tenido esta tecnología en relación con el Derecho.

 

* Lo aquí expresado es una posición personal y solo compromete al autor.